Enero 2017

 

El inicio de un año siempre nos llena de nuevas perspectivas, inquietudes y deseos. También compromisos de años y de propuestas de nuevas metas.

 

Pero también se acompaña de la evaluación del año que termina. Evaluar todo lo sucedido en el año 2016 es imposible de realizar en estas páginas pero me quiero centrar en un aspecto, tal es el sistema de selección universitario basado en la Prueba del mismo nombre, conocida como PSU.

Los resultados del año 2016 han sido desastrosos desde el punto de vista de la inequidad que conlleva. Alrededor de la mitad, solamente, de los alumnos provenientes de colegios Municipalizados alcanzaron los puntajes mínimos. Los mayores puntajes, como siempre, se centraron en alumnos provenientes de colegios particulares pagados. Uno de los pocos colegios públicos que tradicionalmente tenían muy buenos resultados, esta vez disminuyó en forma significativa sus resultados.

Una explicación para este deterioro, en ese colegio específico es que los alumnos pasaron más de 13 meses en paro en los últimos cuatro años ¿los motivos? Para lograr una educación de calidad, uniforme y gratuita. Una gran paradoja y un círculo vicioso; se tiene una mala educación, se protesta por ello, se paralizan las actividades, se estudia menos y por lo tanto empeora la educación y sus resultados.

Por otro lado la PSU tampoco es un adecuado instrumento de medición. Mide sólo conocimientos, no aptitudes, no habilidades blandas. La diferencia de un punto puede dejar afuera a un alumno innovador, que ha participado en peñas científicas de estudiantes, mejor compañero, presidente de curso o atleta destacado, versus otro que sólo hizo estudiar y que, probablemente, desde el punto de vista de la sociedad, sea mucho menos atractivo.

Pero, además, la PSU se rinde sólo una vez al año. ¿Qué ocurre con el alumno que esta vez se puso nervioso y se “bloqueó” al responder las preguntas? ¿Qué pasa con el alumno brillante que lo operaron de apendicitis o tuvo un accidente la noche anterior? Respuesta: Pierde un año.

En los grandes centros universitarios a nivel mundial el proceso de selección incluye una entrevista, obviamente imposible de rechazar a más de 100.00 postulantes, pero si para algunas carreras donde, como Medicina, no sólo se necesita un buen puntaje, sino que una persona estable, sicológicamente, entre otras características.

Por último, el ingreso a planes comunes, como el llamado “College” de los Estados Unidos, donde ingresan por áreas, ya sea humanistas, científicas, u otra, estudian por cuatro años y posteriormente de acuerdo a sus intereses y resultados podrán optar a Periodismo, Economía, Leyes en un caso, Medicina, Enfermería, Kinesiología, por ejemplo, en el otro.

De esta el alumno tiene cuatro años para madurar, evaluar sus aptitudes y ver qué carrera efectivamente le gusta.

La universidad, a su vez, podrá seleccionar en forma adecuada a sus postulantes, dando la oportunidad a que los alumnos con más bajo puntaje, actualmente excluidos, pueden nivelarse y postular en igualdad de condiciones a las carrera que desean.
Queda mucho por hacer.

Dr. Mario Uribe
Editor.