Agosto 2020

 

Covid, crisis sanitaria, crisis social y económica. Todas estas situaciones se están viviendo en nuestro país en estos momentos.

 

En Octubre del 2019 se inició una crisis Social en Chile con una gran movilización nacional, sumada a desmanes, destrozos y destrucción de bienes de uso público.

Se esperaba un reinicio de estas movilizaciones para marzo de este año, lo que no se produjo, producto de la pandemia que nos aqueja. Sin embargo la incapacidad de realizar trabajos remunerados, la cesantía, el cierre de fuentes de trabajo, los despidos, etc, ha aumentado en forma significativa el problema social.

Se han implementado, con distinto grado de aprobación y de éxito, diferentes medidas orientadas a paliar esta crisis. Sus resultados aún están por verse.
Desde el punto de vista sanitario, se ha producido un serio problema por la incapacidad de resolver los problemas de salud de la población.
Los Hospitales han estado dedicados, y con razón, a la resolución del grave problema de la pandemia. Sin embargo, la consecuencia de esta situación, es el aumento muy significativo de las listas de espera. Como cirujano, debo señalar que durante 3 meses se dejaron de operar miles de pacientes que precisaban intervenciones quirúrgicas, algunos de ellos portadores de cáncer, lo que ha ensombrecido su pronóstico y, en algunos casos, los ha dejado fuera del alcance terapéutico, lamentablemente.

¿Cómo se debería enfrentar el retorno en esta “nueva modalidad”? Creo que es importante aprovechar la implementación de muchas unidades de atención de pacientes críticos, de haber sido dotados de mejores tecnologías, entre ellos ventiladores, que dificultaban hacer cirugías de más alta complejidad en los hospitales públicos. Debería aprovecharse esta situación para  mantenerlos en funcionamiento.

Por otro lado debería haber planes especiales para manejo de las listas de espera, ya sea extendiendo los horarios, pago de horas extraordinarias, financiamientos especiales para realizar cirugía los días sábado, etc.

Es indudable que lo anterior precisa de un gran esfuerzo de las autoridades para su planificación y del esfuerzo de todos para su implementación.
Pero, lo más importante, es que dicha planificación incluya a los involucrados en su implementación, para ver su factibilidad técnica y que se asegure su compromiso para hacerlo realidad.

De no ser así, el fracaso estará asegurado.